Incluso cuando nos gusta hacer algo, es fácil estancarse.
Al fin y al cabo, somos seres habituales. Si creemos que algo funciona, tendemos a seguir haciéndolo, a veces incluso cuando se nos presentan métodos más eficaces. Si hay un atajo o un camino de menor resistencia, solemos tomarlo. Es un tema complejo, pero en esencia la evolución nos moldeó así para conservar recursos. Sin embargo, cuando se trata de creatividad, el inconveniente es que esta programación natural puede limitarnos.
¿Cómo se aplica esto al DJ? Está ahí en la forma en que cambias los ecualizadores de bajo de la misma manera cada vez. O compras música de los mismos sellos discográficos. O seleccionas las pistas siguiendo los mismos procesos mentales. Incluso los DJ más orientados al crecimiento tienen cosas que aprendieron muy pronto y de las que nunca se desviaron. Si juntamos todo esto, puede que al final te sientas un poco hastiado del DJing en general, cuando en realidad el problema podrían ser los componentes individuales de tu práctica.
Los ejercicios que vamos a explorar aquí están inspirados en el mundo de la producción musical. Al menos desde las tarjetas de estrategias oblicuas de Brian Eno en la década de 1970, los artistas y productores han utilizado los retos y las limitaciones para impulsar la creatividad. En el fondo, la idea es que crecemos o cambiamos cuando salimos de nuestra zona de confort y nos vemos obligados a pensar de forma diferente.
Siéntete libre de modificar nuestros retos para adaptarlos a tus necesidades y a tu situación, pero te aconsejamos que seas a la vez prescriptivo y preciso, como hemos hecho aquí, ya que estas cosas suelen funcionar mejor cuando seguimos reglas estrictas. Dicho esto, no olvides divertirte y jugar con ello.