6 retos para mejorar tus dotes de DJ

Desde mezclar con "equipos de DJ tontos" hasta tocar en otro género y aceptar actuaciones que normalmente rechazarías, estos ejercicios deberían sacarte de tu zona de confort y perfeccionar tu arte.

Incluso cuando nos gusta hacer algo, es fácil estancarse.

Al fin y al cabo, somos seres habituales. Si creemos que algo funciona, tendemos a seguir haciéndolo, a veces incluso cuando se nos presentan métodos más eficaces. Si hay un atajo o un camino de menor resistencia, solemos tomarlo. Es un tema complejo, pero en esencia la evolución nos moldeó así para conservar recursos. Sin embargo, cuando se trata de creatividad, el inconveniente es que esta programación natural puede limitarnos.

¿Cómo se aplica esto al DJ? Está ahí en la forma en que cambias los ecualizadores de bajo de la misma manera cada vez. O compras música de los mismos sellos discográficos. O seleccionas las pistas siguiendo los mismos procesos mentales. Incluso los DJ más orientados al crecimiento tienen cosas que aprendieron muy pronto y de las que nunca se desviaron. Si juntamos todo esto, puede que al final te sientas un poco hastiado del DJing en general, cuando en realidad el problema podrían ser los componentes individuales de tu práctica.

Los ejercicios que vamos a explorar aquí están inspirados en el mundo de la producción musical. Al menos desde las tarjetas de estrategias oblicuas de Brian Eno en la década de 1970, los artistas y productores han utilizado los retos y las limitaciones para impulsar la creatividad. En el fondo, la idea es que crecemos o cambiamos cuando salimos de nuestra zona de confort y nos vemos obligados a pensar de forma diferente.

Siéntete libre de modificar nuestros retos para adaptarlos a tus necesidades y a tu situación, pero te aconsejamos que seas a la vez prescriptivo y preciso, como hemos hecho aquí, ya que estas cosas suelen funcionar mejor cuando seguimos reglas estrictas. Dicho esto, no olvides divertirte y jugar con ello.

1. Mezclar con equipos de DJ «tontos

Éste se inspira en los llamados «teléfonos tontos», los sencillos dispositivos que la gente está adoptando para romper el férreo control de los smartphones sobre sus vidas. Los teléfonos inteligentes y los equipos de DJ modernos no son necesariamente equivalentes. Pero del mismo modo que cambiar de un iPhone a un Nokia 3210 afectaría sin duda a tu comportamiento diario, volver a una configuración de DJ sencilla cambiaría sin duda tu forma de pinchar.

Este ejercicio consiste en mantener los fundamentos a punto. Una configuración de dos giradiscos y una mesa de mezclas muy básica te pondría en contacto directo con las habilidades básicas de la escucha atenta, el control del volumen y el beatmatching. Se podría argumentar que, en última instancia, no importa que la mayoría de nosotros dependamos de la comodidad de los bucles cuantizados, los contadores de BPM, los botones de sincronización, etc. hoy en día. Pero este reto parte de la base de que seremos mejores DJ si mantenemos a punto nuestras habilidades básicas. También nos cubre en situaciones en las que la configuración del DJ es básica o no funciona como esperábamos.

Es probable que no todo el mundo tenga acceso a equipos más antiguos o sencillos, pero es fácil adaptar la configuración existente. Cubre la pantalla táctil para todo menos para la selección de pistas. Oculta los contadores de BPM. Baja la tapa del portátil. En lugar de giradiscos de la vieja escuela y un mezclador básico, haz lo que sea necesario para que tu equipo sea lo más «tonto» posible.

El reto: haz una mezcla de 60 minutos utilizando sólo volumen, faders de pitch y manipulaciones del plato. ¿Serás capaz de ofrecer una actuación convincente con estas limitaciones?

2. Profundiza en las funciones

Esta es la otra cara del desafío del equipo de DJ «tonto»: conocer las funciones avanzadas de tu equipo.

Las ventajas son obvias. Diferentes modos de expresión. Nuevos métodos de organización. Un mejor conocimiento de tus herramientas. Pero también admitimos que este tipo de tarea puede posponerse durante años. Te das cuenta de las características de tu hardware y software, tomas nota mentalmente para aprender sobre ellas más adelante, pero ese día nunca llega.

Una vez más, es comprensible. Nos aferramos a lo que ya funciona, y el valor de aprender la nueva información no siempre está claro. Pero quizá la forma más sencilla de verlo sea la siguiente: ¿está mejor preparado para hacer su trabajo el DJ que conoce el 100% de las funciones de su equipo que el que sólo conoce el 20%?

El reto: ya se trate de una simple opción de menú, una herramienta fundamental para la interpretación o un efecto inexplorado, aprende una nueva función de tu equipo cada día durante una semana.

3. Simulacros, simulacros, simulacros

Vale, la palabra «ejercicio» no es precisamente divertida. Pero, ¿qué disciplina seria no requiere algo de esfuerzo? Pensemos en el tenista que hace miles de saques, el pianista que toca un sinfín de escalas o el DJ de scratch que prueba innumerables cangrejos. En realidad, la mayoría de las habilidades se benefician de la repetición hasta que se convierten en algo natural. De este modo, más adelante se recogen los frutos muchas veces.

El ejemplo más persuasivo de esto son los conciertos en los que el instinto se apodera de ti y básicamente vas con el piloto automático; los sets en los que miras atrás y no recuerdas conscientemente haber tomado esas decisiones creativas. Eso no ocurre por accidente. Cuando aprendemos a fondo una habilidad, ésta se va desplazando gradualmente a una zona distinta del cerebro, «no pensante». Luego, en la arena instintiva y caliente del momento de un concierto de DJ, si se aprenden correctamente, estas habilidades resurgen como por arte de magia.

Este reto requiere cierta preparación, pero diseñar tú mismo la rutina significa que los ejercicios se integran directamente en tu forma de pinchar. El modelo que sugerimos es elegir cuatro ejercicios y realizar cada uno durante cinco minutos. Para progresar en general, lo mejor es poco y a menudo: 20 minutos tres veces por semana es mejor para crear memoria muscular que una sesión de 60 minutos.

El reto: Crea una rutina de entrenamiento de 20 minutos a partir de los ejercicios iniciales que aparecen a continuación, o diseña la tuya propia. Con cada ejercicio practicamos el ritmo y la sincronización, y buscamos resultados limpios y musicales.

  • Con el regulador de volumen o el crossfader, saca una pista durante 1 tiempo, 2 tiempos y 4 tiempos. Y repite.
  • Identifica una sección musical corta de una pista y súbela y bájala con el fader de volumen o el crossfader.
  • Practica el uso de efectos como filtros o reverberaciones a lo largo de distintos intervalos de tiempo, empezando por un compás.
  • Salta entre tus Hot Cues haciendo hincapié en la sincronización y en los movimientos musicalmente coherentes.
  • Practica una técnica básica de scratch como el baby, tear o chirp

4. Tocar en una situación desconocida

Esta es probablemente la forma más directa de salir de tu zona de confort: ofrécete voluntario para tocar en un concierto que normalmente rechazarías -baile escolar, fiesta de inauguración de la oficina, bar mitzvah, lo que sea- o para organizar un pequeño evento como una fiesta en casa o una barbacoa. ¿Por qué te pondrías intencionadamente en esa situación? Se trata de utilizar las situaciones desconocidas para estimular el pensamiento diferente.

Digamos que eres un DJ que sólo toca en discotecas. Tienes un público que espera un tipo de música y tú sabes cómo ofrecérsela. Aunque esto funciona muy bien, es muy posible que te quedes anclado en tu forma de pinchar, cerrándote las posibilidades de desarrollarte y convertirte en un DJ más distintivo.

Ahora piensa en pinchar por primera vez en un evento como una barbacoa familiar. Tendrías que volver a empezar desde cero. ¿Quién es el público? ¿Qué música les gusta? ¿Cómo mezclo esas canciones?

Como ocurre con muchos de estos retos, el resultado es que tienes que tomar lo que has aprendido aquí y aplicarlo allí. De este modo, el análisis del público necesario en la fiesta en casa se aplica a tus sesiones en el club, o tocas tu tema de barbacoa veraniega en tu actuación habitual en un bar, etcétera.

El reto: Pincha en una situación desconocida o crea un pequeño evento para un público para el que normalmente no pincharías. Observa lo que aprendes. Intenta aplicar algo de esto a tus actuaciones habituales.

5. Mezclas de DJ en grandes cantidades

Volviendo al mundo de la producción musical, es bien sabido que la cantidad de tiempo invertido en un proyecto a menudo no se corresponde con su calidad. En otras palabras, es mejor producir mucha música y perfeccionar las buenas ideas, en lugar de sudar la gota gorda con una sola pista. Si alguna vez has preparado una mezcla para un DJ, este segundo planteamiento te resultará familiar.

De hecho, para algunos DJ, grabar una mezcla se convierte en un calvario, más que en una rama agradable de su práctica creativa. «Es razonable ver tu mezcla como una declaración personal, una encapsulación de quién y qué eres como DJ», hemos dicho aquí antes. «Pero como marco para una mezcla, la gran declaración personal es demasiado amplia, demasiado presionante».

En lugar de eso, este reto aboga por ver las mezclas de DJ como una juerga rápida y sucia que emprendes con regularidad. Algunas partes de la mezcla funcionarán, otras no, pero eso no importa porque tu próxima mezcla estará a la vuelta de la esquina. Al igual que en el ejemplo de la producción, este enfoque asume que jugando al juego de los números es mucho más probable que tengamos suerte; une unas cuantas secciones inspiradas de tus mezclas recientes y puede que acabes con unos resultados con los que estés muy contento, todo ello sin ninguna tortura creativa.

El reto: Graba una mezcla de 45 minutos cada semana durante un mes. O dos meses. Continúa si te gustan los resultados que obtienes.

6. Conviértete en otro tipo de DJ durante un tiempo

¿Cómo sonaría tu versión pop? O si eres un DJ de pop, ¿cómo sonaría tu versión house? La mayoría de nosotros tenemos amplios gustos musicales, así que es muy probable que haya al menos un género que te guste pero que nunca hayas probado a pinchar.

Si llevamos un tiempo en una línea musical, puede ser fácil olvidar que cada estilo tiene sus exigencias. Por ejemplo, el hipotético DJ de pop que hemos mencionado. La mayoría de los aspectos de su trabajo contrastarán con el DJ de house que imaginamos: poco o nada de beatmatching, sólo pistas vocales, quizá aceptar peticiones y usar el micro. Descubrir esas diferencias de primera mano es el tipo de proceso que te abre la mente y puede hacer crecer tu oficio.

Se trata de alimentar el subconsciente -como ya hicimos en el reto de los ejercicios- para crear las condiciones que permitan nuevas expresiones espontáneas. Dedicar tiempo a aprender técnicas de mezcla de hip-hop, por ejemplo, podría dar lugar a resultados sorprendentes cuando vuelvas al ritmo de tus sesiones habituales de techno.

El hecho de seleccionar y secuenciar pistas de un género diferente también puede cambiar las cosas. Un reto como mezclar discos de rock indie puede hacer que las combinaciones supuestamente complicadas de tu propio género parezcan pan comido. Por el contrario, los DJ de formato abierto pueden encontrar una prueba gratificante en el estrecho enfoque del trance o el tech house.

Reto: Prepara un set de 60 minutos de un estilo musical diferente. Aprende al menos tres técnicas de mezcla específicas de ese género. Puntos extra por elegir un estilo radicalmente distinto al tuyo.