¿Cuál es el futuro de los teléfonos en la pista de baile?
Aunque no existe una política universal sobre teléfonos que convenga a todo el mundo, lo que tienen en común los clubes, promotores, figuras del sector y DJ con los que hemos hablado es que creen que una pista de baile libre de teléfonos mejora en gran medida el ambiente del club y protege la intimidad de los usuarios. Estas políticas tienden a reflejar por qué deberíamos ir a los clubes en primer lugar: para disfrutar y conectar, con gente involucrada en la música que suena.
Pero, ¿y el futuro? Si hablamos de una tendencia, ¿hacia dónde se dirige?
Es muy probable que los teléfonos sigan apareciendo e incluso dominen algunas -pero no todas- las pistas de baile y festivales de todo el mundo, pero dependerá del club y/o del promotor que organice el evento. Por ejemplo, en la mayoría de las discotecas de Ibiza, es normal ver un mar de teléfonos grabando al DJ. Puede resultar molesto, pero es algo normal.
Sin embargo, en discotecas o eventos menos convencionales, es mucho menos probable que la gente esté grabando. Puede que te pongan una pegatina en la cámara del móvil o que haya carteles en las paredes. Como vemos en muchos eventos en Berlín, puede que la multitud se «autovigile», recordándose unos a otros que se atengan a la política. En estas situaciones, la experiencia de ir de discotecas suele ser mucho mejor: más compromiso con la música, más inmersión en el ambiente, más apreciación de la producción del local. En general, todo parece menos un episodio de Black Mirror.
En lo que respecta a la privacidad, personalmente sé que si voy a una fiesta queer, nadie va a hacer fotos ni filmar, excepto un fotógrafo profesional que trabaje esa noche y que tenga unas instrucciones muy claras del promotor (como las fiestas queer Honeypot y Technomate, que trabajan con fotógrafos de confianza). Creo que la ausencia de teléfonos en la pista de baile en las fiestas queer se debe al respeto mutuo que se tienen los asistentes (y el DJ), a diferencia de lo que ocurre en las fiestas con público hetero, donde creo que a menudo hay menos respeto por los demás, ya sea por la intimidad, el espacio personal, el bienestar, etcétera.
Ha sido difícil evitar que los DJ expresaran en Internet su frustración por el impacto de los teléfonos en la pista de baile, y sin duda esto continuará. ¿Quizá DJ como James Hype y Damian Lazarus esperan crear un estigma social en torno al uso del teléfono? La mayoría de estos mensajes sociales cuentan con el apoyo del público, sobre todo entre la generación de clubbers de más edad, que recuerdan las pistas de baile antes de los teléfonos. Pero si la mayoría de la gente en Internet parece apoyar la prohibición de los teléfonos, ¿por qué sigue habiendo tanta gente grabando? ¿Quizás haya una brecha entre lo que la gente dice en Internet y lo que hace en la realidad?
Esto enlaza con la idea de que el espacio del club casi existe de dos maneras simultáneamente: En la vida real y a través de las redes sociales. Está la experiencia real de ir de discotecas: música alta, luces, cuerpos, alcohol y todo lo demás. Obtenemos fragmentos de los DJ, su estilo de música, el tipo de público que asistió a la fiesta y el ambiente general, todo ello empaquetado en una historia de Instagram de 60 segundos o en un vídeo de TikTok. ¿Es posible que estos vídeos estén teniendo el efecto contrario al deseado y que la gente, satisfecha con probar la fiesta en casa, salga menos? Es más probable que este fenómeno se deba a la crisis del coste de la vida, pero no deja de ser una idea interesante.
La necesidad de que los DJ se promocionen a través de vídeos en los clubes es uno de los puntos más difíciles de este debate. Por un lado, el mercado actual, impulsado por las redes sociales, hace que necesiten la exposición; por otro, quieren que el público se sumerja en la música. Para los artistas emergentes, los vídeos en los que se les ve tocando en una sala abarrotada y con el público en la palma de la mano pueden tener un valor incalculable: pueden ayudarles a conseguir más contrataciones, aumentar su número de seguidores (tanto en Internet como en la vida real) e incluso conseguir un agente de contratación. Pero, por la misma razón, es probable que un artista de esta categoría toque exactamente en el tipo de fiestas en las que se quiere prescindir de los teléfonos en la pista de baile.
También debemos reconocer que hay grandes sectores de la población que acude a discotecas y festivales que nunca han visto una pista de baile sin gente grabando, sobre todo los que empezaron a ir a discotecas por primera vez después de la pandemia. Para algunas personas de este grupo, especialmente la generación TikTok, grabar y hacer fotos forma parte de su vida cotidiana. Recordar este hecho podría ayudar a los asistentes de más edad a ver estos comportamientos desde una perspectiva más generosa.
También vale la pena recordar que la cultura global de las discotecas y los DJ es una entidad vasta y en expansión, sin centro y sin puntos de vista fijos sobre las cosas entre sus seguidores. Por supuesto, la gente tiene valores y preferencias diferentes a la hora de salir y utilizar sus teléfonos en la pista de baile, así que quizá se trate de encontrar el lugar o el promotor que mejor represente tus valores. Hoy en día, ese lugar puede acabar siendo un club con capacidad para 5.000 personas en Ibiza, o el local más notoriamente selectivo de Berlín.