No hay una actuación de DJ como una fiesta en casa, donde las reglas habituales de mezcla, lectura de la pista de baile y géneros a menudo se tiran por la ventana.
La forma de una gran fiesta house
En mi adolescencia, cuando empezaba a pinchar, asistí a una fiesta house que me impresionó. O mejor dicho, me impresionaron los DJ. Eran dos tipos pinchando uno detrás de otro, cada uno con ideas muy diferentes de cómo llevar a cabo la tarea.
Uno pinchaba más o menos lo que yo compraba en aquella época: música de baile moderna y reciente, sobre todo deep house y minimal. El otro ponía los ojos en blanco y contraatacaba con grandes éxitos pop retro, como «This Is How We Do It» de Montell Jordan. El primero pinchaba como si estuviéramos en una fiesta de Berlín. El otro, en un baile de instituto.
Yo estaba del lado del tipo mínimo, pero no se podía negar que sus temas no estaban gustando. La tensión se rompió cuando el otro DJ volvió a poner uno de sus discos, dejó un momento de silencio y puso «La Bamba» en versión original, sin mezclar. Me sentí ofendido por el tipo mínimo, pero en ese momento concreto, en esa fiesta concreta, «La Bamba» era literalmente un éxito. Después de eso, incluso yo esperaba que el tipo mínimo admitiera su derrota.
En los muchos años que han pasado desde entonces, he pensado en ellos cada vez que he tocado en una fiesta. En mi opinión, ninguno de los dos sabía lo que hacía, pero juntos sirven de marco útil para saber cómo (y cómo no) tocar en una reunión privada con amigos.
Imagínatelo como un gráfico, con el tipo minimal en el eje Y y el tipo «La Bamba» en el X. Un buen DJ versado en el arte de la fiesta en casa zigzagueará entre esos polos, virando hacia un lado u otro en función de la química de la noche. El resultado debe ser más relajado y realista que en una discoteca, pero con un elevado nivel de selección musical y la sensibilidad para el momento que sólo se consigue con un gran DJ.
Intenta ser serio y poco serio
Como cualquier otro tipo de actuación, las fiestas en casa son únicas, con sus propias ventajas y desventajas, retos y oportunidades. Gran parte de ello tiene que ver con un equilibrio particular, que es importante en todos los escenarios de DJ, pero especialmente en éste. Tienes que tomarte la tarea en serio, pero no puedes tomarte a ti mismo demasiado en serio.
Pon la mejor música que puedas, adaptando cada canción al momento mejor de lo que podría hacerlo una lista de reproducción. Pero no te muestres engreído, ni en la selección de temas, ni en la mezcla, ni en tu comportamiento. Al fin y al cabo, sólo estás pinchando canciones para un grupo de amigos.
Una forma clara de practicar este equilibrio es prepararse todo lo posible, pero también moderar las expectativas de la noche. Recoge tu música y organiza tus listas de reproducción con la misma diligencia que lo harías para un concierto remunerado. Si es en tu casa o en la de unos amigos, haz un esfuerzo con el montaje. Si es necesario, lleva platos, monitores o cualquier otra cosa que te haga sentir cómodo tocando.
Si tienes luces giratorias, bombillas de colores o láseres baratos, no dudes en encenderlos. Un poco de ambiente puede llegar muy lejos. Pero no te dejes llevar por la idea de una bacanal extática. Muchas fiestas en casa son relativamente modestas. Los jaleos de las películas de Hollywood y Euphoria no ocurren muy a menudo. Pero lo que ocurre en su lugar puede ser estupendo. (Para un ideal más realista de fiesta en casa, véase el excelente cortometraje de Steve McQueen Lovers Rock).
No esperes demasiado
Fija tus expectativas en consecuencia. Si alguien suelta un woop al son de una de tus canciones, genial. Si unas cuantas personas bailan a la vez, increíble. Si consigues una pista de baile bien abarrotada, considérate muy afortunado.
Pero es muy posible que nadie baile. Si eso ocurre, no te lo tomes como algo personal. Incluso con un poco de espacio despejado, es posible que el ambiente no permita una pista de baile adecuada. En una sala de estar, es poco probable que se cree el tipo de atmósfera etérea que facilita perderse en los clubes. Con oscuridad, máquinas de humo y una multitud de desconocidos, puedes bailar como si nadie te estuviera viendo, porque en la mayoría de los casos no es así.
En la mayoría de las fiestas en casa habrá como mucho unas docenas de personas, todas claramente visibles entre sí, y sólo estás a una persona de distancia de cualquiera que no conozcas. Los anfitriones pueden decorar el lugar todo lo que quieran, pero lo más probable es que todos permanezcan un poco al margen del mundo cotidiano.